viernes, 24 de octubre de 2008

MI ORDENADOR DIJO NO SIGNAL


No puedo seguir vuestras entradas porque mi ordenador está recuperándose..... Espero que muy pronto vuelva a normalidad.Os deseo a tod@s los que me dejáis vuestros comentarios un estupendo fin de semana.

lunes, 13 de octubre de 2008

RECORDANDO FRANCIA .PRIMERA PARTE

Recordar,- en una tarde gris y apacible como ésta, de un largo fin de semana- Francia, me reconforta, me ayuda a valorar lo que he vivido en el verano y, lo hago saboreando un aromático café recién hecho, dando rienda suelta a mi imaginación confundiéndose con mis recuerdos.
¡Qué lejos se ha quedado ya, abrir la puerta que conduce a la terraza de la habitación en el hotel Jardín du lac y poder ver el lac de Christus en S. Paul les Dax! y, ahora me lo imagino espléndido, rebosante de tonalidades verdes y ocres mezclarse con la nebulosa explosión de vida que existe durante el verano y ahora en mi memoria… ¡Cuánto daría por estar allí! Y recorrer aquellos caminos bordeando el lago. Si por el verano me fortalecía el espíritu ahora, con el otoño, me quedaría allí, absorbida por la belleza de aquellos árboles de hoja caduca caer lentamente sobre el manto marrón que ellos mismos se encargan de formar… y, ver que la tarde cae lentamente bajo la niebla que forma el aire frío cerca del agua y, a lo lejos, ver esconderse el sol relajado… No, no quiero perderme en mis sensaciones vividas y en mis realidades añoradas, tan sólo quiero deciros que admiro Francia y la filosofía de vida de los franceses. Desde la perspectiva del viajero y de la mía propia Francia, vive su realidad desde el sosiego de haber superado vivencias que nosotros aún estamos superando y aún nos faltan superar. ¿ Por qué admiro Francia? veréis; porque aman sin límites sus tradiciones, aman
las cosas que les rodean desde el respecto a la naturaleza, desde el mimo que ponen en no olvidar su historia, su personalidad, su idiosincrasia. Nunca he sentido estando allí, el chovinismo del que se le acusa, tan solo, se siente testigo de su historia y de ello hace énfasis. Este año, he coincidido en julio,en el día que festejaban la fiesta nacional y, nos comentaron que allí en toda Francia era fiesta y se congratulaban de celebrarla todos juntos, era el día de honrar a los hijos de la patria muertos en actos de guerra, no importaban los bandos, ni los partidismos y, de ello doy fe al ver las coronas de laureles y de flores descansar a los pies de los monumentos que honraban a los caídos, en todos los pueblos que visité.
Desde San Paul les Dax emprendemos viaje hacia Orthez. Orthez, sigue teniendo el encanto de los pueblos del sur. Allí, tampoco las prisas hacen justicia a sus habitantes a pesar de que sirve de enlace a la autopista que conduce a Toulouse .Esta, se nos hace un poco larga y monótona, es demasiado recta y el paisaje muy uniforme por el monocultivo del maíz. Sólo se rompe el horizonte por la cordillera Pirenáica , dibujando caprichosamente su silueta bajo un cielo azul intenso que presagiaba un día de calor intenso. Hicimos un alto en el camino, en un área de servicio en el Midi Pyrinnes y allí, nos encontramos con la caravana publicitaria del tour. Hemos apreciado que viven el tour con auténtica pasión.
En la salida 28 de la autopista nos salimos porque nuestra intención era llegar a Castelnaudary y de allí a Saint Affrique les Montagnes y desde allí, al hotel llamado Domaine de Rasigous.¡ Qué encanto de hotel! Pequeño, tan sólo de 8 habitaciones. El lugar idílico. Después de una cena muy francesa en el jardín, paseamos por la finca donde, había sido diseñado un jardín a finales del XIX y, que aún hoy, guardaba vestigios de árboles exóticos casi centenarios. Por dentro el mobiliario típico francés, sobrio pero entrañable con cierto olor a cera. Incluso por el jardín hemos podido ver un chatón rousse ( un gato ruso ) que además de amable se dejaba acariciar dando al lugar una sensación de acogimiento tan entrañable como próximo.
En próximos posts os iré contando el resto de mis vacaciones en Francia por lugares tan entrañables como cuidados para quienes buscamos el encanto del pasado.


Parte del jardín muy cerca es donde cenabamos.
El árbolado del que os hablo....

La vista del hotel, una antigua casa señorial de campo, hoy convertida en un pequeño hotel tan acogedor como tranquilo.


El lago donde los patos, las ocas y los turistas al igual que los lugareños paseaban disfrutando del lugar.




Al atardecer el lugar invita a pasear por la multitud de caminos que bordean el lago.









jueves, 2 de octubre de 2008

MI AGRADECIMIENTO


Hoy, quiero rendir un pequeño tributo de admiración y agradecimiento a todos aquellos hombres que un día desde la soledad por la partida a otros lugares en busca de mejor suerte, han contribuido, después de unos años de triunfos personales, a la filantropía en sus lugares de origen. Y, por lo que a mí me atañe, quiero expresar mi más profundo agradecimiento a la familia Selgas que teniendo por lema “Facilitar la cultura es hacer patria” he podido instruirme en mis primeros años de niñez en esas maravillosas pero, no menos pedagógicas escuelas que bebieron gracias al buen hacer de D. Fortunato en el conjunto de escuelas del patronato fundadas por emigrantes de la región donde la participación económica era tan importante como la modernización de los métodos pedagógicos de entonces.
En su primera etapa, el depósito de capital perpetuo llegó a ser de 920 000 pesetas lo que garantizaba rentas suficientes para todos los gastos incluidos los de comedor para los niños de familias más necesitadas al igual que calzado y vestido. Los materiales de enseñanza para el uso de los alumnos, la estimulación en premios, la conservación del edificio y las remuneraciones de los maestros. Y por si esto fuera poco, el día de Santiago- antes fiesta nacional- se rifaba entre todos los alumnos un pequeño ternero que procedía de la vaquería de la casa y que contribuía aumentar la economía familiar del afortunado. De esta primera etapa que mi madre vivió y, que siempre me ha dado fe de que era así, yo he tenido la inmensa suerte de disfrutar de una segunda, en sus aulas, en la enseñanza compartida en párvulos, la primera y segunda sección. He podido sacar de aquella estupenda biblioteca infantil libros que me han dado horas de gloria cuando mis cuentos estaban leídos y más que leídos en las tardes largas de invierno. Y, gracias a la filantropía de la familia los alumnos podíamos disfrutar de las películas del gordo y el flaco incluso de vaqueros las tardes de los jueves. En aquel enorme patio hemos aprendido el valor de la amistad, a compartir, a reír, a llorar…
En cada curso fuimos desgranando conocimientos de física y química hasta entonces ignorados por nosotras y, que gracias a los instrumentos cuidadosamente encerrados en armarios de cristal nos ayudaban a comprender que una vela encendida bajo una campana de cristal si se le hacía el vacío se apagaba….Allí nos dimos cuentas de que el oxígeno es un gas que no podíamos tocar, ni oler, ni ver y que gracias a él podíamos respirar.
Cuando tocaba ciencias naturales, teníamos diferentes cuadros de cereales y en ellos podíamos apreciar que no sólo existía el maíz y el trigo que eran los que nosotras conocíamos, existían otros muchos en diferentes regiones de España y del mundo. Cuando tocaba la lectura supimos que además de agricultores, pescadores y tenderos había otras profesiones.
Dentro de aquellas aulas de lunes a sábados nuestro pequeño universo se fue abriendo a otro mucho mayor y poco a poco fuimos creciendo y haciéndonos mayores. Los más echaron raíces en el pueblo y otros, por razones bien distintas emprendimos un camino diferente pero, todos, estoy segura de que todos, atesoramos aquellos primeros recuerdos de socialización en aquellas escuelas tan entrañables como nunca olvidadas y todo, gracias a la filantropía de quienes creían firmemente de que “facilitar la cultura era hacer patria”.