
La última vez que estuvimos juntas fue a primeros de setiembre. Tomamos como siempre unos refrescos en mi casa y, hablamos de nuestro pasado y de nuestro presente olvidándonos, de nuestros planes futuros porque tú me decías repetidamente que, no podías apurar el tiempo porque tenías que vivir cada minuto, con toda intensidad la vida y, éso, para tí, era suficiente.
Te he notado cansada y, no es para menos... Luís no merece a su edad que de repente vaya perdiendo su identidad, su pasado y sus referencias vividas porque aún, es muy joven.
Siempre me acordaré la primera vez que os visitamos en vuestra casa de campo, muy cerca de la nuestra. El, estaba orgulloso de ella y, cuidaba el jardín para que tú te sintieras feliz con tus flores y tus magnolios.... Aquella primera vez, recuerdo que, merendamos un delicioso bizcocho de manzana y unos pastelitos que tú, habías hecho para nosotros... Y, a su vez Luís se sentía orgulloso de tí, y de la fabulosa familia de nueve hijos, todos diferentes me decía, pero con los mismos valores cristianos que los abuelos os habían transmitido. Siempre os recuerdo como el bastión de esa familia tradicional convencida de que lo importante son los valores adquiridos.
Ahora querida Julia, gracias a tus principios y convicciones, vives con fuerza y abnegación la situación tan despiadada que la vida le ha dado tan temprano a Luis, desgarrándole lentamente la memoria, confundiendo sus ideas y, su pasado con su presente hasta olvidarse en ocasiones de su identidad...
Recuerdo querida Julia cómo, con lágrimas en los ojos, me decías que Luís te preguntaba, -porque ya no se acuerda- ¿dónde os habíais conocido? y, ¿cuántos años hacía que vivíais juntos...? Imagino Julia, el desgarro que has sufrido en tu corazón para recomponerte y ser lo suficientemente fuerte para contárselo como sólo tú sabes hacerlo.
Julia, te admiro por tu coraje y, por seguir al pie del cañon como si la vida para tí, no fuera difícil y cruel...Tú, querida Julia tienes que llevar el timón y seguir el norte que te has marcado para que Luis no se dé cuenta de la tristeza que te embarga...
Sabes que pido por él y por tí, para que te sientas fuerte y afrontes cada día ese camino pedregoso que te ha tocado vivir y, que no te es fácil... Sólo tu valentía y fuerza es capaz desde el amor que sientes por Luis afrontarlo y seguir, seguir hasta el final... Un fuerte abrazo para los dos querida amiga.