martes, 22 de enero de 2008

CARTA ABIERTA AL SILENCIO



Desde el silencio de estas calles llenas de vida por una primavera que nace… me limito a escribiros una carta rota por mi tristeza ante un silencio que ya es eterno…
¡Ha sido tan rápido todo!... ¡tan rápido!... que me parece un sueño…
Mamá; no sé si desde algún lugar me estás viendo, seguro que sí, y si lo haces, ayúdame a superar vuestra ausencia... ¡Es tan profundo el vacío que me queda! ¡Tan profundo…! Que yo también me siento morir un poco con vosotros, porque ahora, tan sólo quedan los recuerdos, las vivencias, los silencios profundos y, todo, todo ¡es tan duro sin vosotros! Que, a veces intento convencerme de que no es verdad…de que estáis de viaje; un viaje, un poco largo pero con retorno pero, la realidad es muy contraria, es ella y no mi sueño.
A ti mamá, te vi marchar lentamente…pasito a pasito, tu despedida fue lenta y profunda, tan profunda que, se confundía tu debilidad con tu agonía y mi realidad con la tuya y, nuestra despedida la sellamos con un beso sutil pero sincero y profundo… Después te fuiste apagando lentamente con un sueño ligero.
En cambio la despedida de papá fue todo lo contrario… ¡tan rápida, tan fuerte! Fue tan rápida, que apenas nos dimos cuenta de que aquella noche del martes era el primer paso hacia la eternidad…Se despidió de nosotros con energía y aplomo consciente de lo que estaba sucediendo, era el principio del fin y, así nos lo hizo saber ¡qué ejemplo para quiénes nos quedábamos…! ¿ Seremos capaces nosotros de persuadir la realidad con tanta entrega como lo hizo él…?.
Un día antes de morir, cogió fuertemente mi mano y me miró impasible fijando sus pupilas en las mías ¡con tanta profundidad! que estoy segura que aquélla era la profundidad de la Verdad…Me pareció un instante vacio de contenidos pero auténtico y quebrado por la complejidad de su silencio con el mío y, desde ese instante, supe que papá se marchaba, se marchaba a reunirse contigo como él quería.
Desde donde quiera que estéis pedid por mí.

5 comentarios:

Mara dijo...

Angela:Me has conmovido con tus bellas palabras, llenas de amor y ternura.
Mara

karyn dijo...

ANGELA: NUESTROS VIEJOS HAY DIOS , SI CUANDO JOVENES NO LOS SOPORTAMOS Y LUEGO CUANDO NO ESTAN SOLO QUEDAN RECUERDOS Y CUANTO DARIAMOS POR VERLOS SOLO UN INSTANTE MAS .
TRATO DE PENSAR QUE ESTAN AQUI JUNTO A MI EN ALGUN LUGAR ASI NO ES TAN LARGA Y DURA LA ESPERA DE ABRAZARNOS ALGUN DIA.
ME ENCANTARON TUS DOS BLOG

Concha dijo...

Hola Angela:
Felicitaciones por este nuevo blog.
Que bonito todo lo que has escrito, te lo digo de verdad.
Esta entrada, por que también a mi me falta alguien, me ha emocionado muchisimo.
Felicitaciones otra vez.
Un saludo
Maria

monicalvarez dijo...

Angela:
Te comprendo perfectamente.Cuando mi madre falleció,yo tenía 16 años.Durante el primer tiempo,yo me despertaba y sentía un dolor en el estómago al darme cuenta de la realidad.Además dormi durante 2 años con su almohada y camisa de dormir,las cuales me otorgaban una cierta tranquilidad.Pero el tiempo tiene algo positivo y es que nos hace apaciguar los dolores.El recuerdo ocupa un lugar en esta nueva etapa.
Te envio un abrazo desde Chile.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Angela...

He leido tus hermosas cartas y me han dado el sosiego que estaba necesitando.

¡Vaya dura! que es la realidad de la vida, pero al leerte y a pesar de los años vividos, he vuelto a ser como un niño, para entender finalmente que el ciclo de la vida es inevitable.

Un abrazo y muchas gracias.

Rafael H.