

Si alguien la reconoce es la playa de Xilo al fondo y parte de la playa de Aguilar
Como sabes; nací en la atalaya de un puerto de mar de un pequeño pueblecito marinero desde, donde al abrir la ventana, te podía ver a ti; querido mar Cantábrico. Tú, tienes la suerte de poder cambiar de color según esté el día y, eso te hace más insinuante, más atrayente…
Me gustas mucho de color azul claro, y eso ocurre, cuando los días amanecen despejados y sin nubes… Pero, cuando de pones de color gris,
también estás impresionante porque, al mirarte, desde el acantilado escarpado se mezclaban en mi retina, el gris plomizo del cielo, con el horizonte inalcanzable también gris ….Y al mirarte, me acordaba, cuando a pesar de ser chica me gustaba emular a Santy Andía surcando tus aguas aunque fuesen grises .
También recuerdo tu olor, ¡ese olor atrayente que al inspirarlo, mi aparato respiratorio agradecía por el olor penetrante a salitre…!
Me gustaba verte tranquilo y sosegado en los últimos atardeceres del verano cuando, las playas se quedaban vacías y, las gaviotas hacían acto de presencia para aseverar de que aquel era su medio…
También, me gustaba ver desde tu orilla, esas magníficas puestas de sol que van cambiando de color a medida que la luz se va haciendo más tenue y escasa y, el sol se va ocultando en el horizonte…Y llega la noche y, el faro más cercano, ilumina tus aguas cristalinas a la vez que se refleja en ellas, los haces de luz que le están asignadas.
Y, ¡qué decirte del espectáculo que nos ofreces cuando te enfadas…!Si, tú sabes bien que es así y, lo haces, cuando los fuertes vientos del W. o del Norte te empujan sin descanso lo hacen, con todas su rabia y furia… -Los marineros siempre han hecho suya la frase de que tú tienes carnet de primera especial…- ¡Quién mejor que ellos puede aseverar tal afirmación…!-Tú, poquito a poco les vas avisando de tu enojo, de que no te gusta que te molesten…De que tú, también tienes tu ímpetu y tu fuerza….Pero ellos, sin piedad, te van arrastrando y tú, poquito a poco, te vas enfadando cada vez más, porque no en vano eres hijo del Océano Atlántico… Y, cuando terminas enfureciéndote es cuando nos brindas el mayor de los espectáculos a quienes te amamos de verdad…Llega la hora de tu rabia, de tu desorden, de tu potencia, de tu bravura querido mar Cantábrico… Y, este último fin de semana ha sido uno de ellos por eso, he dejado algunas cosas pendientes y, acudí a tu cita porque sabía que era inaplazable y, desde aquí, gracias por no haberme defraudado.
Me gustas mucho de color azul claro, y eso ocurre, cuando los días amanecen despejados y sin nubes… Pero, cuando de pones de color gris,
también estás impresionante porque, al mirarte, desde el acantilado escarpado se mezclaban en mi retina, el gris plomizo del cielo, con el horizonte inalcanzable también gris ….Y al mirarte, me acordaba, cuando a pesar de ser chica me gustaba emular a Santy Andía surcando tus aguas aunque fuesen grises .
También recuerdo tu olor, ¡ese olor atrayente que al inspirarlo, mi aparato respiratorio agradecía por el olor penetrante a salitre…!
Me gustaba verte tranquilo y sosegado en los últimos atardeceres del verano cuando, las playas se quedaban vacías y, las gaviotas hacían acto de presencia para aseverar de que aquel era su medio…
También, me gustaba ver desde tu orilla, esas magníficas puestas de sol que van cambiando de color a medida que la luz se va haciendo más tenue y escasa y, el sol se va ocultando en el horizonte…Y llega la noche y, el faro más cercano, ilumina tus aguas cristalinas a la vez que se refleja en ellas, los haces de luz que le están asignadas.
Y, ¡qué decirte del espectáculo que nos ofreces cuando te enfadas…!Si, tú sabes bien que es así y, lo haces, cuando los fuertes vientos del W. o del Norte te empujan sin descanso lo hacen, con todas su rabia y furia… -Los marineros siempre han hecho suya la frase de que tú tienes carnet de primera especial…- ¡Quién mejor que ellos puede aseverar tal afirmación…!-Tú, poquito a poco les vas avisando de tu enojo, de que no te gusta que te molesten…De que tú, también tienes tu ímpetu y tu fuerza….Pero ellos, sin piedad, te van arrastrando y tú, poquito a poco, te vas enfadando cada vez más, porque no en vano eres hijo del Océano Atlántico… Y, cuando terminas enfureciéndote es cuando nos brindas el mayor de los espectáculos a quienes te amamos de verdad…Llega la hora de tu rabia, de tu desorden, de tu potencia, de tu bravura querido mar Cantábrico… Y, este último fin de semana ha sido uno de ellos por eso, he dejado algunas cosas pendientes y, acudí a tu cita porque sabía que era inaplazable y, desde aquí, gracias por no haberme defraudado.