
Estimada Elisabth:
Este fin de semana; tu caso, ha estremecido al mundo, y hoy, el mundo entero está contigo para mostrarte toda la solidaridad que puede darte en un caso tan espeluznante como tu trágica vida hasta ahora. Si; trágica, porque tus 42 años han sido tan injustos como crueles por razones que hoy, no entiende ni tan siquiera quiere entender este mundo deshumanizado en el que vivimos.
Yo no puedo, ni quiero comprender a tu progenitor, me enerva la decisión incestuosa que reiteradamente cometía contigo… y, lo que es más, me parece tan deleznable como condenable, y si aún piensas lo contrario, que no creo, te ruego me perdones.
Me es imposible creer, que un país como el tuyo, que es tan estricto con sus decisiones cívicas impuestas por el gobierno, haya permanecido tu clamoroso caso tanto tiempo en el anonimato…
No quiero, ni puedo entender, como además de secuestrarte tu progenitor, te haya humillado reiteradamente en el más absoluto de los silencios, y nunca mejor dicho, porque tu zulo estaba insonorizado por su perversa cobardía.
¿ Por qué reiteradamente su cruel imaginación se obstinaba en contar a sus vecinos que te habías marchado a una secta, y cómo haciéndote un favor recogió a tus hijos concebidos en incesto….?
¡ Qué putrefacta decisión la suya cuándo tu neonato fue incinerado sin el menor de los escrúpulos por su parte!…. Y tú ahí, cuan centinela para servirle… No puedo imaginar tu triste vida hasta entonces, – porque ya eres libre – bajo sus garras. No Elisabeth, no puedo ni quiero deducir que tu madre Rosemarie , ni tus hermanos hayan consentido tu infierno…
Y ya ves Elisabeth; la suerte esta vez, ha querido estar de tu parte porque, la enfermedad de uno de tus hijos, ha servido para que saliera a la luz vuestro calvario, y lo celebro tanto desde mi condición de ser humano, como de mujer, y espero que, de ahora en adelante tu vida, junto a la de tus hijos sea tan dichosa, como os merecéis porque aquí, ya habéis pagado por lo que no habéis cometido. Por eso desde aquí, hago votos para que, lo mejor de lo mejor, de ahora en adelante, os llegue con plenitud.
Este fin de semana; tu caso, ha estremecido al mundo, y hoy, el mundo entero está contigo para mostrarte toda la solidaridad que puede darte en un caso tan espeluznante como tu trágica vida hasta ahora. Si; trágica, porque tus 42 años han sido tan injustos como crueles por razones que hoy, no entiende ni tan siquiera quiere entender este mundo deshumanizado en el que vivimos.
Yo no puedo, ni quiero comprender a tu progenitor, me enerva la decisión incestuosa que reiteradamente cometía contigo… y, lo que es más, me parece tan deleznable como condenable, y si aún piensas lo contrario, que no creo, te ruego me perdones.
Me es imposible creer, que un país como el tuyo, que es tan estricto con sus decisiones cívicas impuestas por el gobierno, haya permanecido tu clamoroso caso tanto tiempo en el anonimato…
No quiero, ni puedo entender, como además de secuestrarte tu progenitor, te haya humillado reiteradamente en el más absoluto de los silencios, y nunca mejor dicho, porque tu zulo estaba insonorizado por su perversa cobardía.
¿ Por qué reiteradamente su cruel imaginación se obstinaba en contar a sus vecinos que te habías marchado a una secta, y cómo haciéndote un favor recogió a tus hijos concebidos en incesto….?
¡ Qué putrefacta decisión la suya cuándo tu neonato fue incinerado sin el menor de los escrúpulos por su parte!…. Y tú ahí, cuan centinela para servirle… No puedo imaginar tu triste vida hasta entonces, – porque ya eres libre – bajo sus garras. No Elisabeth, no puedo ni quiero deducir que tu madre Rosemarie , ni tus hermanos hayan consentido tu infierno…
Y ya ves Elisabeth; la suerte esta vez, ha querido estar de tu parte porque, la enfermedad de uno de tus hijos, ha servido para que saliera a la luz vuestro calvario, y lo celebro tanto desde mi condición de ser humano, como de mujer, y espero que, de ahora en adelante tu vida, junto a la de tus hijos sea tan dichosa, como os merecéis porque aquí, ya habéis pagado por lo que no habéis cometido. Por eso desde aquí, hago votos para que, lo mejor de lo mejor, de ahora en adelante, os llegue con plenitud.