martes, 29 de abril de 2008

PARA TI; ELISABETH


Estimada Elisabth:
Este fin de semana; tu caso, ha estremecido al mundo, y hoy, el mundo entero está contigo para mostrarte toda la solidaridad que puede darte en un caso tan espeluznante como tu trágica vida hasta ahora. Si; trágica, porque tus 42 años han sido tan injustos como crueles por razones que hoy, no entiende ni tan siquiera quiere entender este mundo deshumanizado en el que vivimos.
Yo no puedo, ni quiero comprender a tu progenitor, me enerva la decisión incestuosa que reiteradamente cometía contigo… y, lo que es más, me parece tan deleznable como condenable, y si aún piensas lo contrario, que no creo, te ruego me perdones.
Me es imposible creer, que un país como el tuyo, que es tan estricto con sus decisiones cívicas impuestas por el gobierno, haya permanecido tu clamoroso caso tanto tiempo en el anonimato…
No quiero, ni puedo entender, como además de secuestrarte tu progenitor, te haya humillado reiteradamente en el más absoluto de los silencios, y nunca mejor dicho, porque tu zulo estaba insonorizado por su perversa cobardía.
¿ Por qué reiteradamente su cruel imaginación se obstinaba en contar a sus vecinos que te habías marchado a una secta, y cómo haciéndote un favor recogió a tus hijos concebidos en incesto….?
¡ Qué putrefacta decisión la suya cuándo tu neonato fue incinerado sin el menor de los escrúpulos por su parte!…. Y tú ahí, cuan centinela para servirle… No puedo imaginar tu triste vida hasta entonces, – porque ya eres libre – bajo sus garras. No Elisabeth, no puedo ni quiero deducir que tu madre Rosemarie , ni tus hermanos hayan consentido tu infierno…
Y ya ves Elisabeth; la suerte esta vez, ha querido estar de tu parte porque, la enfermedad de uno de tus hijos, ha servido para que saliera a la luz vuestro calvario, y lo celebro tanto desde mi condición de ser humano, como de mujer, y espero que, de ahora en adelante tu vida, junto a la de tus hijos sea tan dichosa, como os merecéis porque aquí, ya habéis pagado por lo que no habéis cometido. Por eso desde aquí, hago votos para que, lo mejor de lo mejor, de ahora en adelante, os llegue con plenitud.

jueves, 24 de abril de 2008

COMILLAS




Comillas, como todos los pueblos marineros de la cornisa cantábrica mira al mar, a ese horizonte que, en tiempos pretéritos, le era incierto, porque el oficio de pescador, exige dosis de destreza y algo de suerte, y en cambio hoy, hace guiños hacia el NE, por el vuelco de su economía hacia el sector turístico sin que por ello, deje de seguir mirando a ese mar que les dió días de progreso y gloria.
Llegar a Comillas, es ir sorteando por una carretera vecinal, multitud de praderías con los matices verdes propios del norte, sin olvidar el descenso suave que hay que hacer para llegar al centro del pueblo.
Comillas; es seductora, atrae, embelesa y acaricia…Tiene en su casco antiguo, el mestizaje de un pueblo donde convivieron sus gentes sencillas y laboriosas, con la huella de la nobleza, y la actitud cultural del clero representada en su famosa universidad, y esa simbiosis, la hemos podido ver en aquella tarde cálida de febrero cuando regresábamos de Bilbao .
No tiene nada que ver la Comillas bulliciosa y colorista del verano, con la solitaria y sosegada del invierno yo, personalmente, prefiero esta última. Si, la prefiero para poder caminar por sus callejas estrechas, empedradas y con la pátina del moho por su clima, y poder mirar esa arquitectura popular que sabiamente sus paisanos han sabido construir, y para ello, no han dudado en levantar sólidos muros de piedra adornados con robustos corredores de madera, y en ese vigor de la construcción, se ve acoplado, un toque especial de coquetería femenina si, digo bien, un toque de coquetería, porque las macetas con geranios rojos están sabiamente colocadas en los corredores para seducir más aún, a quienes acudimos a la cita.
Comillas, ha tenido la inmensa suerte de haber visto nacer a Antonio López que en su época, supo aprovechar el esfuerzo de sus trabajo con la dosis de suerte que acompaña al hombre emprendedor y gracias a él, por sus calles, allá por finales del XIX principios del siglo XX han podido pasear personajes de la alta burguesía y de la nobleza, y esa impronta, se nota en algunos edificios de la morfología urbana. Sin arrogancia, Comillas, puede presumir de que de la sabia mesa del arquitecto modernista Gaudí, salieran los planos de “la residencia de verano” como la llaman sus paisanos, y en su fachada pudimos apreciar la impronta de este estilo. Y seguimos paseando para admirar la belleza de “la capilla- panteón” con estilo neogótico creo recordar, y al lado “ el palacio de Sobrellano” cuya fachada nos recuerda al gótico civil inglés. Ambas construcciones descansan sobre una pequeña loma tapizada por un impecable césped verde salpicado de árboles viejos y exóticos.
Fue una pena no poder llegar hasta “ la universidad pontificia” porque en un letrero rezaba” Disculpen las molestias”. Y de nuevo, regresamos al casco viejo para seguir por sus calles, y admirar el ayuntamiento viejo. En su fachada principal están incrustados medallones con los nombres de los arzobispos que se han dignado nacer aquí, y quiero creer, que gracias a ellos, Comillas goza de la famosa universidad.
La tarde en el mes de febrero tiene la osadía de escapar rápidamente y no hemos tenido tiempo para pasear a la orilla del mar como nos hubiese gustado pero, os aseguro que merece la pena visitar este pequeño puerto que si bien , en otros tiempos fue marinero, hoy mira a su pasado sabedor, de que su historia, ha hecho mella en su paisaje y a él siguen viniendo como antaño lo hacían los veraneantes que buscan el norte por sus veranos templados cuando no grises. Creo que sin Comillas, Cantabria hubiese sido diferente.



martes, 22 de abril de 2008

AUNQUE LLUEVA, LUGO MERECE UNA VISITA







Son muchas las cosas que admiro de Galicia pero, la prioridad la tienen ciudades como Lugo, lejos del progreso agobiante de sus hermanas. Ella, sabe que además de ser provinciana en sus costumbres, es austera y sobria. Guarda, como centinela que siempre acecha, el embrujo de una ciudad cerrada intramuros porque, no en vano, se fundó sobre un campamento militar en tiempos de César Augusto para anexionar al Imperio Romano el NO. De la Península.
Ese carácter ancestral guerrero, está impregnado en sus gentes luchadoras, que a su vez, saben conservar como nadie, y a través de los años, la personalidad de su ciudad, donde se mezcla la austeridad de sus edificios de granito, - a veces blasonados y la mayoría no- con el color blanco de sus ventanas, y el gris plomizo de sus tejados a veces, matizados por los líquenes de un clima húmedo.
Pasear por el casco antiguo de Lugo, aunque sea un día de lluvia y frío, es retroceder en el tiempo , es como, si el reloj marcara los minutos y las horas más despacio…E imagino a Alvaro Cunqueiro excelente poeta y novelista, pasear por estos soportales fantaseando alguno de sus personajes para sus magnificas novelas… Porque Lugo, tiene todo lo que necesita para dejar volar la imaginación…
Sus calles estrechas y, poco transitadas a las tres de la tarde, nos invitan a pasear bajo el paraguas, y llegamos a la catedral de estilo románico aunque, una de sus cabeceras es gótica como lo demuestra la girola. Entramos por la puerta lateral y recorrimos en silencio sus tres naves para salir por la puerta norte de la fachada principal. Fachada románica con un tímpano donde se escenifica la última cena, con el Pantocrator en el centro.
De repente, se oscurece, y la lluvia se intensifica acompañada de un viento fuerte y frío…Y la tarde, no quiere darnos tregua para seguir paseando por las calles empapadas del sobrio y viejo casco de Lugo pero, ¡ tan entrañable y acogedor para quienes lo visitan!.

viernes, 18 de abril de 2008

EN TARDES COMO ESTA....


Estas tardes desapacibles, de viento y lluvia golpeando en mi ventana del Oeste, me traen recuerdos lejanos y sutiles de mi infancia… Y, en la nebulosa de mi mente, aparecen imágenes de mi niñez danzando en torno a un tazón de bola y sin asas, lleno de un chocolate espeso y calentito… Y aquellas galletas de mantequilla redondas y en forma de media luna, que mi abuela nos hacía con tanta entrega… Y aquel olor suave, dulzón y penetrante – que aún mi pituitaria se niega a olvidar – mientras se doraban lentamente en aquella cocina de leña inolvidable para mi…
¡ Cuántas tardes parecidas a las de hoy, he pasado a su lado!, buscando su calor, y el olor a madera seca de roble!. Allí, a su lado, en una silla baja de madera y enea leía y releía mis cuentos preferidos de mi primera infancia.
Y me acuerdo de La vuelta al mundo en tren ¡ Cuántas vueltas dí por mi mundo inventado, a través de sus ilustraciones!. Tenía preferencia por Africa… me parecía el continente más aventurero por aquello de las selvas y los desiertos… En cambio, Asia me la imaginaba lejos, muy lejos. No entendía como los japoneses podían ver con aquellos ojitos tan rasgados… Tampoco imaginaba que niños como yo, llamados chinitos, podían comer siempre arroz, y nunca pan para mojar en las salsas… De América aprendí lo que eran los rodeos… Y conocí Canadá con sus bosques de abetos y sus castores… Y Alaska, con su territorio cubierto siempre por la nieve, y sus osos blancos. ¡ Quién me iba a decir a mí por entonces que, en la facultad , en clase de geografía descriptiva iba a estudiar aquellos paisajes lejos de mi imaginación…!
Y, aquel maravilloso cuento de Lilí la niña presumida más frívolo que el anterior pero, no por ello menos imaginativo para la coquetería de una niña de mi edad. Siempre cambiando sus vestidos, y sus sombreros de fieltro, mirándose al espejo…
Y mi cuento de Cadichón del que guardo gratos recuerdos porque probablemente fue él, el que más me marcó para mi vida adulta…Con él descubrí que los animales tienen su sitio, y a su manera nos comprende, nos quieren, y nos lo demuestran. Quiero pensar, que son el ejemplo claro de que nunca nos abandonarían, salvo por causas ajenas a ellos.
Y en mis tardes desapacibles y frías también estaba Babar y la anciana señora y Babar en la ciudad . Con ellos, imaginé al elefante Babar entrar en la pastelería y comer pastelitos de chocolate y coco junto a sus primos Arturo y Celeste que venían de la selva… Y comprarse un traje en un gran almacén, y luego hacer la maleta, y despedirse de la anciana señora para volver a su lugar de origen...
Y al llegar las 8 de la tarde, enchufaba aquel aparatito marrón para sintonizar los cuentos dedicados . Alguién, me hablaba, y mi imaginación ponía el resto.

martes, 15 de abril de 2008

¡HOLA!, SOY LA MASCOTA DE ANGELA




Hoy, quiero contaros algo de mí, porque hasta ahora, Angela no lo hizo. No creo que haya sido porque le paso desapercibido…¡No! ni quiero creerlo. Es que no ha tenido tiempo para dedicarme un ratito…Así que lo hago yo por ella.
Me llamo Cottón, porque cuando llegué era como una bolita pequeña y muy peluda y se le ocurrió llamarme así. No llegué a la familia ni con carta de pedigrí, ni como un gato ilustre, ya que nací en un pueblo muy cerca donde ella veranea.
Eramos cinco hermanos y se decidieron por mí, pero no me arrepiento, a sabiendas de que tenía que renunciar a mi libertad callejera y hacerme urbanita.
Poco a poco, fui conquistando posiciones, y me hice el dueño de la casa, y de mi propio destino, porque decidí adoptar a Angela aunque, era ella, la que me reñía cuando afilaba mis uñas marcando mis preferencias por los sofás del salón y alguna que otra alfombra. También busque mis lugares preferidos para dormir, aunque ella hubiese preferido un lugar concreto…
Al principio, no entendía muy bien el mundo de los humanos pero, poco a poco me fui acostumbrando. A las horas de comer yo debía de hacerlo en el suelo en mi cuenco de cristal, y ellos en una mesa cubierta por un mantel. El horario era riguroso incluso para cenar, de esta manera intuí el rigor de la casa… y lo acepté e incluso me hice cómplice de ello.
Decidí levantarme cuando ellos pero, lo que no entendía era porque, los fines de semana se hacían más perezosos…Ahora ya lo sé.
Siempre repito mis manías diarias, acompaño a Angela hasta que logro que me cepille y me dé malta .
Cuando está en casa, siempre suelo acompañarla, y cuando decide escribir, me siento entre el teclado y la pantalla del ordenador y persigo la raya vertical del cursor porque no entiendo muy bien su cometido... Hasta que me canso, y me voy a la ventana del salón a ver si pasan las palomas, y si no aparecen echo mi imaginación a volar con instinto casi depredador y sueño que acechan intrépidos roedores, presas fantasmas en mi corta imaginación…Pero, tampoco llegan.
Al llegar el buen tiempo me pongo un poco nervioso por eso del transportín…Nunca llevé muy bien encerrarme en tan limitado espacio pero soy consciente de que, tengo que ir con ellos porque aquí solo, me aburriría.
En la otra casa, me siento bien, es nuestro cuartel de verano como lo llama Angela- por aquéllo de Cesar en las Galias- . Allí tengo muchas ventanas para poder ver la calle, y la vida es un poco más anárquica o por lo menos a mí me lo parece...
De cuando en cuando, pasa algún congénere y yo, presto, desde la ventana, decido que allí mando yo, y los asusto para que salga de mi territorio.
Allí, también me acompañan por las mañanas temprano y al atardecer, algunos pajarillos con sus trinos, posados sobre el álamo blanco y los escucho atentamente e imagino mil fantasías…
Pero, del verano, lo que peor llevo, es cuando Angela decide marchar unos días de vacaciones, y yo me pongo triste, aunque sé que me quedo con su hijo que me adora. Siempre, cuando vuelve, ella me busca, me llama para hacerme carantoñas…pero no me dejo….Me hago el fuerte, y el distante… hasta que se cansa y me deja… Y luego, yo la busco, y me acerco poquito a poco y remolón, sabedor de que esos días sin ella, no me gustaron nada, porque no sabe que soy posesivo, pero sí sabe que soy individualista, y me acepta como soy, y me comprende y su paciencia conmigo es ilimitada aunque a veces se enfada… Pero es ella, mi dueña, es Angela.
Quiero dedicar esta entrada a todos los que amaís los animales y especialmente a OnlyMary .

jueves, 10 de abril de 2008

REAL CAMINO DE LA MESA




Hacía tiempo que en nuestra agenda se leía en una reseña “ Camino Real de la Mesa” lugar donde hacía tiempo queríamos ir, después de que un buen amigo nos lo hubiese recomendado.
La decisión, la tomamos el sábado pasado porque, el día primaveral nos invitaba a ello, aunque una diluida niebla en el horizonte nos hacía sospechar que las panorámicas hacia el Sur no serían tan transparentes como quisiéramos.
Probablemente muchos de vosotros lejos de mi querida Asturias, nunca habréis oído hablar de este maravilloso lugar, porque por desgracia, siempre se ofertan en la información turística los mismos lugares, y os puedo asegurar que para todos aquéllos que os guste la calma, el sosiego, y la naturaleza en todo su esplendor aquí encontraréis lo que buscáis.
La ruta se puede tomar en S. Emiliano capital de la Babia Baja (León) y llega hasta Cabruñana ( Asturias) o viciversa. Este trayecto ya fue aprovechado por las legiones romanas como vía de estrategia militar desde la Astúrica Augusta hoy, Astorga ( León ) hasta Dolia en Belmonte (Asturias) para luego salir al mar.
Mientras caminábamos sin gran esfuerzo, pensábamos como supieron aquellos regios hombres romanos aprovechar la ruta evitando así, el descenso a los profundos valles para luego tener que subirlos, haciendo así más llevadero el tráfico rodado de sus carros o de sus animales. Y, nos imaginábamos a las legiones avanzar por aquellos caminos polvorientos aunque ahora estuviesen cubiertos por un pequeño manto de hierba y de guijarros…
Después de cientos de años transcurridos, ellos hacían la ruta por obligación, y en cambio nosotros, por el placer de encontrarnos con el silencio absoluto de la montaña roto por el repiqueo del ganado por los valles…
El cielo estaba cubierto por una nieblina sutil que dejaba entrever a ratos un cielo azul suave, y a lo lejos, nos era imposible ver el horizonte diáfano y claro rematado por las Ubiñas. Y ¿ sabéis lo que pensaba mientras me abstraía en el silencio ? poder estar allí un día de verano claro, de ésos que aquí, en el norte escasean tanto, pero los hay… Y poder ver desde allí ponerse el sol, detrás de las cumbres que mis ojos pueden ver…. E imaginar el espectáculo de luz y contrastes viendo cerrarse el telón cuando el sol se haya puesto y la noche derrame sobre estos lugares aún vírgenes la ausencia de luz.
…Y seguíamos caminando, ansiosos de seguir viendo por aquella altitud lo que había detrás de cada curva a lo largo del camino, y nos sorprendía la belleza majestuosa de la montaña inclinándose con reverencia a ambos lados del camino, y nosotros seguíamos sus pasos rindiéndonos a su generosidad…
A mitad de camino, pudimos ver como se anunciaba la senda de la escanda, y por ello sabíamos que ya estábamos cerca de la casa donde se hacía un buen pan de leña… Pero, por mucho que caminábamos, no divisábamos nada, para poder intuir que por allí cerca, encontraríamos aquel rico pan del que nuestro amigo nos había hablado.
Lentamente nuestros pies acusaban el cansancio, y decidimos hacer un alto. A lo lejos vimos una señora y le preguntamos por tan apreciado manjar- muy lejos del pan industrializado que solemos comer-. Con gran extrañeza se asombró de vernos, y aún más, de nuestro interés por llegar a la casa del pan ya que aún nos faltaban casi dos Km. Pero llegamos. El lugar era idílico como todo el recorrido que habíamos hecho hasta entonces, y lo que más nos sorprendió fue aquel olor a pan tan penetrante como ansiado… Y allí, sobre un mostrador de madera vieja por los años, ví una barra que olía a una mezcla de mantequilla y canela… Y como ser golosos forma parte de nuestras vidas, decidimos traernos una además del pan. Os puedo asegurar que jamás olvidaré aquel sabor, mezcla de nuez y avellanas con azúcar y canela. El sábado mereció la pena.

viernes, 4 de abril de 2008

YO, TAMBIEN TUVE MI FIESTA


Querida Antoñita:
Hace tiempo que te debo carta lo sé, y hoy, sin más demora he decidido escribirte.
La última vez que nos vimos fue este verano, cuando estaba haciendo limpieza general, y de repente apareciste tú, estabas ¡esplendida! a pesar de los años transcurridos …Lo dejé todo, y nos sentamos a charlar plácidamente tomándonos unos refrescos en el salón… Allí, hablamos de nuestras vidas…De nuestros recuerdos de ¡tantas y tantas cosas que, habíamos vivido en nuestra adolescencia…!
¿Recuerdas cuando me contabas tu puesta de largo?. ¡ Qué lejos estaba yo de poder hacerlo!...Y, sin embargo, te escuchaba, y te imaginaba, en tu mundo ¡tan distinto del mío!. Tú, habías tenido la inmensa suerte de tener tu fiesta para lucir por primera vez tus anheladas ganas de ser mayor de edad. En tu gran día, tú, fuiste la protagonista, y todos los ojos estaban puestos en ti, porque estabas ¡ radiante!. Por tus fotos, pude ver y constatar que era cierto. Me comentabas como, hasta el fotógrafo había hecho una exclamación al verte.
El vestido te lo habían diseñado expresamente para ti, y como único adorno, llevabas un collar de perlas auténticas de tu madre. Hasta aquí bien. Lo que nunca entendí fue ¿por qué te hicieron sujetar en tu mano izquierda una flor con fingida naturalidad? ¿Es qué no eran suficientes los candelabros de plata con sus velas encendidas sobre la consola de caoba? ... ¿No era suficiente tu esplendida juventud?. ¿Por qué, a veces, los mayores se empeñan en adornarnos sin justicia…? .¡ No lo entiendo querida amiga!…
¡Con qué jubilo me contabas las miradas que te echaba Lorenzo! Cuando el fotógrafo te ordeno que miraras para el señor de la esquina, y tú, lo acariciabas con tú mirada, y él, te devoraba con la suya.. Estoy segura querida Antoñita que, aquellos momentos se te hicieron eternos… pero probablemente fueron los más hermosos de tu vida, aunque luego vinieran otros.
Ya ves, juntas nos hemos hecho mujercitas aunque, sospecho que tú eres mayor que yo…A través de ti, yo también tuve mi puesta de largo y, puedo asegurarte, que fue tan bonita como la tuya aunque no real… Y, ¿sabes por qué ?, porque mi diseñadora fue mi imaginación … Ella, me confeccionó mi traje de seda blanco roto, una mezcla del tuyo, y del de la Cenicienta. Con ramilletes de flores rosa palo sobre mis hombros ¡ ah! y una preciosa diadema.
Tampoco tuve fotógrafo para que aquel día, pasase a la posteridad… Ni falta que me hacía, porque mi imaginación, ya se encargaba de proyectar sobre mi pantalla los recuerdos…¡Ay Antoñita, cuantas ilusiones fuimos componiendo! ¡ cuantos retazos desordenados me vienen ahora a la memoria, de mi adolescencia!. Gracias a ti, yo también fui protagonista de mi fiesta. El argumento lo ponía mi fantasía… Y tú, el resto. Gracias BORITA CASAS por tus cuentos .

martes, 1 de abril de 2008

IN MEMORIAM


Como siempre, a primeros de abril, recuerdo tu partida sin retorno… No fue un viaje cualquiera, ni improvisado, ni tan siquiera decidido. Sin embargo, si sabías que un día u otro, tenías que hacerlo, y para ello, desde que mamá se fue, tú fuiste haciendo lentamente tu maleta.
Y recuerdo como cada día, ibas guardando en ella tus vivencias; tus sacrificios, tus fracasos, tus éxitos, tus ilusiones pretéritas y tus días felices. Si, las guardabas como el mejor de tus tesoros, porque siempre me decías que cada uno, con su vida, escribe el libro que quiere leer al final de la misma. Y tenías razón, porque tú, el tiempo que has vivido conmigo, ibas deshohojando cada día un capítulo de la tuya tomando el café en el salón, y me contabas lo que habías escrito en él…Yo te escuchaba atentamente, y luego te daba mi opinión, a veces coincidíamos, otras no… Pero no importaba, porque yo era tu futuro prometedor el que tú, y mamá, fuisteis construyendo mientras viví con vosotros.
De ti , aprendí a sortear los obstáculos que en el trayecto de mi vida fui encontrando, gracias a ti, forje mi fuerza de voluntad para superarme, a sabiendas del sacrificio que ello suponía y, -de esta manera, logré grandes proyectos y tú lo sabes -. Me decías que para vivir como adulta, tenía que desprenderme con heroísmo de lo que fue mi infancia, porque temías, que me quedara anclada en ella...
Sin embargo, de mamá aprendí que tu realidad tenía que ser aderezada con la fantasía y las emociones del corazón y a tí, ésto, te parecía un poco trivial porque eras más pragmático.
Y hoy, quiero que me escuches igual que yo hacía contigo, porque sé que puedes…” Verás; cuentan, que hubo un tiempo en que todos vivíamos en un lugar lejano con nuestros seres queridos y que después, fuimos exiliados a este remoto reino llamado vida humana…”
Tú, que me conoces bien, sabes que me cuesta creerlo, pero si sé, que tú estás en mejor lugar, esperándome… Y después de varios años de tu partida, te pregunto en silencio ¿Por qué guardaste en tu equipaje tus emociones, tus sentimientos, tu paraíso particular…? Yo, si lo sé… los guardaste celosamente porque, ellos te proporcionaban gratos recuerdos haciéndolos prioritarios para tu último viaje…
Después de una dilatada experiencia sin tí, me doy cuenta de que no te has ido del todo. Sigues a mi lado, y en silencio me ayudas siempre que te necesito… Cuando me caigo, me das la mano y me levanto… Y, cuando te imagino lejos…Tú vuelves corriendo, y tu presencia imaginaria me dá alas para seguir… A tu memoria.