lunes, 11 de marzo de 2013

POR SER MUJER



POR SER MUJER
Es probable que mis apreciaciones por la celebración del 8 de marzo no sean políticamente correctas para algunos, porque nunca, me han gustado las fechas impuestas desde eufemismos baratos y preestablecidos a la causa que se pretende. Y lo digo, desde mi convicción,   porque considero que se ejerce de mujer, todos los días del año. Al igual que tampoco, he sobrellevado con afecto, el adjetivo que se nos dio de débiles porque nunca, un calificativo estuvo tan lejos de la realidad, pese, a quienes pese…
Por estas razones y, desde mi condición cómo mujer reivindico adquirir por parte de TODOS comportamientos que favorezcan “la convivencia mutua”, donde se aúnen vínculos de compresión mutua, de afecto sincero y solidario y jamás, egoísta por ninguna de las partes. Reivindico estas consideraciones porque creo que estas formas de convivencia, han sido mal interpretadas e incluso, me atrevo a decir, trivializadas por un falso feminismo donde lo único que  se ambiciona es el yo, mi, me, conmigo…Por eso, no cejaré de reivindicar compromisos mutuos donde no se denigre  en la vida, ni el trabajo, ni la dignidad del contrario, al igual que las obligaciones adquiridas sumen y no resten ni derechos ni deberes.
Tampoco voy a ensalzar en este día, las reivindicaciones del “ feminismo belicoso” porque creo que no se anhela la promoción de la mujer por su esfuerzo intelectual y personal.
Sin embargo, si voy a reivindicar desde  aquí,  “un feminismo humanista” para que la mujer pueda ejercer su profesión con la misma dignidad y progresión que el hombre y no, por designación digital.
También ensalzaré  “la equidad” para ser compartida en su justa medida porque tanto el hombre, cómo la mujer, debemos aunar y equilibrar fuerzas en aras, de una sociedad más justa y más objetiva para vivir en progresión y armonía. Al mismo tiempo que anhelo  “una legislación” acorde con los tiempos que nos ha tocado vivir.
No quisiera terminar mis apreciaciones  , sin  antes rendir mi tributo de admiración y respeto a todas las mujeres que nos han precedido y que, gracias a su trabajo anónimo, abnegado y reivindicativo nos han legado derechos que ellas, no han tenido pero que la historia si, les ha reconocido cómo logros para que la humanidad sea más justa. Desde aquí, toda mi gratitud.